22/2/09

Las locas desventuras de Pedro de Gamboa

“Aquellos hombres del XVI que con el mar bregaban eran hombres libres. Precariamente sostenidos sobre el líquido abismo, habían aceptado tácitamente en su ánimo la posibilidad y aun la probabilidad de perecer en la empresa. ¿Qué otra cosa significaba esa palabra “Adiós”? Cada vez que el navegante cortaba amarras, y se separaba del muelle donde quedaban llorosas las mujeres, esa palabra de despedida expresaba con exactitud la forma más probable que el porvenir tomaba en su ánimo. Quería decir: no nos hagamos ilusiones; la esperanza es libre pero lo más sensato es pensar que ya no nos volveremos a ver hasta que nos reunamos en el seno de Dios. De modo que A-Diós.” Salvador de Madariaga (Escritor, diplomático, historiador y pacifista español del siglo XX)

Aquí les presentamos, en versión de bolsillo, los prolíficos avatares del original e implacable Pedro Sarmiento de Gamboa, marino y matemático español protagonista de una de las historias más trágicas y maravillosas de su época.Pedro Sarmiento de Gamboa (1532-1592) es una de las figuras más homéricas del siglo XVI hispano. Quien crea tener mala suerte no conoce la increíble y triste historia de este navegante. Navegante, cosmógrafo, matemático, soldado, historiador y estudioso de las lenguas clásicas, participó en la expedición de Alvaro de Mendaña que descubrió las Islas Salomón, pero su nombre ha quedado unido para siempre al Estrecho de Magallanes, donde viajó en dos ocasiones y fue nombrado gobernador y capitán general de aquellas tierras. Los avatares de su vida aventurera están, en ocasiones, difuminados por el tiempo y la falta de documentación, y así no es posible establecer con certeza ni su lugar de nacimiento (Alcalá de Henares, Pontevedra…) ni las universidades donde cursó sus estudios. Tampoco puede afirmarse con seguridad que participara en las guerras de Flandes o del Milanesado ante de pasar al virreinato de la Nueva España, alrededor del año 1555. Un primer altercado con la justicia le hizo huir al Perú en 1557, donde algunos años después volvería a ser acusado por el Santo Oficio en dos ocasiones distintas.A partir de su nombramiento como capitán de una de las naves de la expedición de Mendaña (1567), el rastro de su vida puede seguirse con mayor certeza. Entra al servicio del Virrey Toledo y participa en la Visita General que éste ordena (1570-1575). Pero 4 años más tarde, un asunto de Estado impostergable lo lleva por otros rumbos.
El pirata inglés sin Francis Drake circunnavega el mundo entre 1577 y 1579, asolando todo a su paso. Las autoridades españolas creen que es posible fortificar el estrecho de Magallanes para impedir que el pirata pueda regresar. Para comprobarlo, encomiendan a Sarmiento de Gamboa efectuar un reconocimiento de la región y en 1579 sale de Callao con dos naves rumbo al sur. En 1580, toma posesión del estrecho en nombre del Rey y sigue viaje a España para organizar allí una gran expedición colonizadora, convencido que, efectivamente, es posible fortificar la boca.
El mismo año, el 26 de setiembre, Francis Drake -quien ocasionó todos estos preparativos- retorna triunfante al puerto inglés de Plymouth. Drake es el segundo en dar la vuelta al mundo después de la dupla Magallanes-El Cano.
El día antes de la llegada de Drake a Inglaterra, el 25 de setiembre de 1581, parte de Sanlúcar Pedro Sarmiento de Gamboa al mando de una impresionante expedición compuesta por 23 barcos y 4.000 personas. Muy pronto por un temporal pierde cinco barcos y 800 hombres. En diciembre reinicia la marcha desde Cádiz perdiendo otros 151 hombres a causa de una peste que se desata durante el cruce del océano. Doscientos más mueren en Río de Janeiro, y regresa a España Flores de Valdés llevándose parte de la flota.
Mientras Gamboa cruza el Atlántico, en 1582, se está fundando la ciudad de Salta y el Papa Gregorio XIII implanta un nuevo calendario, llamado “gregoriano” en su honor.En diciembre de 1583, zarpa de Río de Janeiro lo que queda de la flota de Gamboa: las naves “Santa María de Castro”, “Santa Catalina”, “Trinidad”, “Magdalena” y “María de Villaviciosa”. Esta última no llega al estrecho: naufraga llevándose al fondo del mar a 538 personas, incluyendo mujeres y niños.
En febrero de 1584, al fin Pedro Sarmiento de Gamboa emboca el estrecho. El día 4 desembarcan en la segunda angostura: el gobernador, Andrés de Viedma, Pedro Iñíguez, los frailes Gerónimo de Montoya y Antonio Rodríguez, 116 soldados, 48 marineros, 58 colonos, 27 obreros, 13 mujeres y 10 niños. Excepto la “Santa María de Castro”, las naves son alejadas por una tormenta y conducidas de regreso a España por Diego de la Ribera.
El 11 de febrero Gamboa, preside la ceremonia fundacional del pueblo “Nombre de Jesús”, cerca de cabo Vírgenes y Punta Dungeness. El 25 de marzo hace lo propio con el pueblo “Rey Don Felipe” ubicado al sud oeste, en la bahía San Blas (donde siglos después sería fundado Fuerte Bulnes).
El 24 de mayo Gamboa se embarca en la “Santa María de Castro” en Rey Felipe con intención de dirigirse a Nombre de Jesús, pero un fuerte temporal lo lleva cerca del cabo Vírgenes y lo arroja al Atlántico. Los vientos y las corrientes lo empujan hasta la isla de Santos, frente al Brasil. Durante esta terrible travesía para la cual no están preparados, los tripulantes comen gatos y cuero. Desde Río de Janeiro, Gamboa despacha un barco con víveres para los colonos del estrecho, que naufraga antes de llegar a destino.
Entonces embarca para buscar auxilio en Pernambuco; el barco en el que viaja también naufraga y se salva aferrado a un madero. Hace otro intento partiendo de Bahía con un barquichuelo de 50 toneladas, pero claro que en seguida regresa a Río después de 51 días de penurias en medio de otra tormenta. Desesperado, escribe una carta tras otra a su Rey clamando por ayuda, sin recibir respuesta alguna.
El 22 de junio, finalmente Sarmiento de Gamboa parte hacia España. El barco en que viaja es apresado en agosto por piratas que lo llevan prisionero a Inglaterra. ¡Y todo esto le ocurre el mismo año!

Como esas pesadillas interminables de las que no nos sabemos despertar, su vida está lejos de soportar nuevos infortunios. De algún modo logra entrevistar a la Reina Isabel que le facilita un salvoconducto para volver a España atravesando Francia. ¡En el camino es atrapado por hugonotes! Los hugonotes lo mantienen encarcelado durante tres años y ocho meses hasta que su Rey paga, en 1590, un rescate de 6.800 ducados y 4 buenos caballos por él. Llega al fin a España, donde su rastro se pierde en los recuerdos de un casi fantasma que merodea la corte española clamando auxilio para una gente abandonada en el confín del mundo de la cual nadie había escuchado hablar siquiera. No se sabe cuando ni como ni donde murió*.
La cruel ironía de la historia de Gamboa es que Drake jamás volvió al estrecho de Magallanes, ni a las costas pacíficas sudamericanas. Un magnífico lago ubicado en el Parque Nacional Torres de Paine, lleva el nombre de Sarmiento en honor a este valiente y sacrificado prócer chileno.

¿Qué pasó con los pobladores de las dos ciudades fundadas sobre el estrecho? Esa, mis queridos lectores, es otra historia...

*Una versión más atrevida sobre sus últimos años asegura que cuando Gamboa regresa a España luego de ser liberado en Francia, es recibido por Felipe II en El Escorial y poco tiempo después es nombrado Almirante de la armada encargada de escoltar las naves que traen el oro y la plata de América. Al parecer, en uno de sus barcos moriría en julio de 1592, frente a las costas de Lisboa. Este es otro ejemplo de que las fuentes históricas no están cristalizadas, sino que son múltiples y contradictorias.

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