20/9/08

Los profetas del revés

Aquí estaba el curso de la vida otra vez; una nueva riada de la vida dando fe de su paso. “Por aquí paso la vida – me dije -; detrás, más detrás, vendrá la Historia espigando los lugares por donde la vida discurrió. Este es el sino de los humanos; morir, desaparecer, mientras la médula de sus hechos les supervive.” (Miguel Delives, “La Sombra del Ciprés es Alargada”)

Amigos, lectores, críticos y aquellos que jamás leerán este artículo,

Lo que tienen hoy ante ustedes no es más que un...bosquejo ensayístico que aquí les brindo en lugar del tan ansiado (es un decir, claro) relato referido directamente con la navegación. Por eso, y sólo por eso, pido disculpas.
La verdad es que me encontraba en plena etapa de investigación sobre la vida de Vasco da Gama (aquel gran portugués que desembarcó en la india allá por 1498, subrayando la entonces ansiadísima ruta al oriente) cuando, atragantado ya con las fuentes y los datos, me desvié como escapando a la tormenta y me topé con una pandilla de preguntas que - después de tanto tiempo escribiendo sobre el tema – me eran imposible seguir eludiendo. En primer lugar: ¿Qué demonios es la Historia? Aún más: ¿Quién nos la relata? Y lo que es más importante: ¿Qué se esconde detrás de su relato? Trataré en lo posible de responder por lo menos la mitad de cada una.

“La idea de que el historiador es un profeta del revés resume toda la filosofía de la historia.” (O. Y Gasset, La Rebelión de las Masas)

Existen hechos, concretos y delimitados, a los cuales solemos atenernos a la hora de organizar nuestro pasado: fechas, por ejemplo, innumerable cantidad de fechas; fechas de encuentros, de peleas, nacimientos y muertes. Tenemos los avances técnicos y las ideologías, las revoluciones sociales y las políticas, las migraciones en masa y los descubrimientos...Descubrimiento, he aquí uno de esos términos ya no tan “concretos y delimitados.”
Descubrir: revelar aquello que permanecía cubierto, oculto, desconocido, según mi diccionario. En seguida aparecen las dudas y contradicciones al respecto, o al menos nos damos cuenta que al hablar de descubrimientos, la historia ha sido contada desde una cierta perspectiva. Y no me refiero al descubrimiento de la pólvora (aunque probablemente en el aspecto local del suceso, hayan surgido también varias perspectivas al respecto). Imaginen, mis queridos descendientes, el descubrimiento de América desde la perspectiva de los descubiertos, el de África, el de Asia y - no nos olvidemos, pobrecilla – el descubrimiento de Oceanía desde la perspectiva de los descubiertos. ¿Suena estúpido verdad? ¿Cómo se puede descubrir algo que ya había sido descubierto? ¿Cómo puede la historia ser objetiva y abarcadora si hemos utilizado - y seguimos utilizando – estúpidos términos como este del “descubrimiento”, no ya a un suelo desconocido, sino a una conciencia desconocida?...500 años han pasado y seguimos viendo las cosas desde una sola perspectiva.
Interdescubrimiento, si se quiere, sería el término correcto, aún cuando el procesador de texto me lo subraye en rojo como término inexistente. Encuentro, o mejor aún reencuentro, reunión; después de todo, nos separamos allá lejos y hace tiempo, y luego nos volvimos a unir, ¿no es así? Y no es tan solo un pequeño detalle. La diferencia es tan importante que su sola modificación estaría hablando de una mentalidad radicalmente diferente. Porque no nos olvidemos que la Historia, más allá de todo hecho, es el estudio de las mentalidades, y el aquí y ahora es también parte de esa Historia.

“Cuando dos personas recuerdan su primer encuentro, especialmente si son amigos, normalmente hay una gran alegría y calidez de ambas partes. Hoy, en cambio...tenemos todas las manifestaciones de una tragedia humana: en lugar de cálidos recuerdos del encuentro entre Asia y Europa, sólo tenemos rabia e indignación. Durante 500 años, Europa dominó y explotó a Asia, ofendió y distorsionó su cultura...Vasco da Gama y sus sucesores procuraron intervenir en, interferir con y dominar cada aspecto de la vida de los pueblos con los que entraron en contacto fuera de Europa, por ninguna razón válida.”

Esta valiente declaración fue pronunciada por Mohamed Idris, presidente de la Red del Tercer Mundo (TWN, por sus siglas en inglés), en su discurso inaugural ante la “Referencia sobre los 500 Años de Vasco da Gama”, celebrada del 26 al 28 de mayo de 1998 en la India. Y sigue:

“(Según occidente)...nuestras tierras no tenían ninguna importancia hasta que fueron encontradas por Europa. Además, los historiadores europeos destacaron la importancia de la ruta marítima directa hacia India de Vasco da Gama como un hito histórico que dio comienzo al comercio mundial. Esta es una versión tan europeísta y llena de mitos de la historia que uno se pregunta cómo pudo haber sido enseñada no sólo a millones de niños europeos, sino también asiáticos. Es importante destacar que Vasco da Gama no fue el primer europeo en llegar a India y que muchos lo habían hecho antes que él por vía terrestre. Mucho antes de que él llegara, India ya era un lugar de encuentro de varias civilizaciones, culturas y comercio.”

Versión europeísta y mitos de la historia. Así son las cosas en éste nuestro mundo mitad occidental y mitad occidentalizado. Según Mohamed Idris, el concepto de libre comercio no solo ya existía en Asia antes de Adam Smith – “padre” del sistema – sino que se aplicaba exitosamente. Incluso Vasco da Gama, por sugerencia del príncipe Zamorin, con quién se encontró en su llegada a la India, lo practicó durante su estancia en Calicut (que no es Calcuta, como he leído por ahí en la red, sino lo que actualmente se conoce como Kozhikode, al suroeste del país). Según la historia oficial, los árabes (“moros” en la jerga coloquial) instigaron al príncipe con el fin de complicarle la vida al portugués, complicación que dio como resultado una ganancia de tan solo el 3000%...
Como verán los mismos datos, concretos y delimitados, resultan a veces un tanto contradictorios. Al parecer las árabes no querían competencia, pero tampoco la querían da Gama y el resto de los europeos que como él vinieron a estas tierras desde el mar. Sus ideas de libre comercio eran otras, ideas que por más “Adam Smith” o anhelos de justicia que hubiera (que por supuesto los hubo), consistían en procurar derechos de monopolio para ellos mismos y “eliminar” a los competidores.
Con el tiempo esta mentalidad y la superior fuerza bruta (algunos la llaman militarizada) por parte de los portugueses, hicieron de la india una más de sus colonias. La vieja historia ya conocida, prometo no aburrirlos con detalles.

“Los últimos 500 años fueron testigo de la instalación gradual de la versión europea del libre comercio. En los últimos tiempos, vimos cómo ese sistema de comercio se institucionalizó a nivel mundial. Naturalmente, hoy en día no tenemos a Vasco da Gama en Calicut, pero sí a más de 5.000 empresas multinacionales que gradualmente toman posesión de la economía india, creando nuevos monopolios, forzando a los pequeños competidores a cerrar y empobreciendo a las sociedades.”

De más está decir que este fenómeno devastador no es exclusivo de aquel milenario país asiático; tanto en América como en África y el resto de Asia, ocurre lo mismo. ¡Vamos, incluso sucede en la misma Europa! Pero también es importante recordar que no fueron éstas las primeras ni mucho menos las únicas incursiones violentas perpetradas desde una cultura hacia otras. El fenómeno de la comunicación entre los diferentes pueblos, involucra indefectiblemente (o no, pero hablamos de historia ¿no? y han habido suficientes casos) las guerras, las migraciones y las invasiones, como sucede con los individuos cuando se pelean, se alejan y se avasallan unos con otros.
Por obvias razones - a veces tan obvias que escapan a nuestra conciencia - en toda relación cultural existe un intercambio, una recíproca incorporación, en fin, una mezcla de ideas y costumbres por despareja que sea dicha relación en su nivel esencial (quién manda y quién obedece, digamos). Roma conquistó, pero a su vez fue conquistada por sus víctimas; desde su religión, sistema de gobierno, filosofía, arte y cultura en general, el Imperio Romano es el resultado de esa mezcla de ideas y convicciones con los distintos pueblos a los que fue dominando. Los griegos, los egipcios, la china imperial, incluso los incas y los aztecas; todos ellos sin duda unos cabrones, pero aún así sus dominaciones fueron, por decirlo de alguna manera, igual de lucrativas y sobretodo mucho más productivas. Como dijo el valiente Idris:

“Las invasiones anteriores enriquecieron a India y ésta, a su vez, enriqueció a los invasores...(en cambio) como consecuencia del desbaratamiento de las sociedades de Asia, África y América, la propia historia humana -incluida la de Europa- se empobreció también. Digo esto porque estoy convencido de que los actos de opresión siempre empobrecen no sólo a los oprimidos, sino también a los opresores.”

No pretendo ser tan ingenuo y decirles que esto es propio de una raza especialmente cruel y despiadada a la que casualmente pertenezco. Insisto en que es la mentalidad en función de ciertas supuestas necesidades las que influyen en la Historia y no una condena hereditaria de índole visceral que nos impele a cometer atrocidades...Además no existe eso de razas en la especie humana.
Sin embargo, es muy cierto que la mentalidad imperialista del occidente de los últimos siglos - junto con los avances de una tecnología en constante desarrollo - han conformado el mundo de hoy, un mundo capaz de mirar su propio trasero, un mundo donde todo está relacionado con todo, donde las acciones de cada uno repercuten tarde o temprano en la existencia de los demás. Estamos conectados y esa es la verdad. Pero también es un mundo que está enfermo, enfermo de colonialismo y desigualdad. Un mundo que, en fin, padece de doble personalidad: una parte de él se cree primer mundo y la otra tercer mundo...
También en épocas pasadas, supuestamente mejores, los poderes de la codicia y la imbecilidad han influido sobre la Historia Universal en mayor medida de lo que la mayoría de los historiadores reconoce. (H. Hesse, Lectura para Minutos)
No caben dudas al respecto. La Historia es el resultado de una mezcla entre genialidad y estupidez que acarrea consigo la especie humana. Criaturas divinizadas, bufonescas alimañas...y no nos olvidemos del término medio, tal vez el aspecto más relevante de toda nuestra personalidad; hoy en día ya no tenemos en cuenta la preeminencia de la mediocridad. Pero volviendo a las preguntas del principio, aquellas que motivaron esta mediocre elucubración, lo cierto es que no hay una única respuesta, es todo una cuestión de perspectivas.

La Historia es la suma de todas las historias, y el verdadero descubrimiento radica en saberlas respetar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Me gustó lo de los "MOROS...".
Asi los denominan genericamente en España, a todos los de cualquier origen africano...
Peor aún, los identifican así con el convencimiento (basado obviamente en ninguna evidencia) que: genticamente son todos MALOS...!!!